Carta a los Reyes Magos
Cuánta ternura despiertan estas imágenes, ese tiempo que todos hemos pasado por él y que no hemos olvidado.
Es el encanto de escribir en un trozo de papel nuestros sueños, nuestros deseos, y sin importar nada el frío ni la lluvia, de la mano de nuestros padres o hermanos mayores, buscar el buzón mas cercano a casa para depositar allí nuestras cartas.
Muñecas, coches, cacharritos, motos, una peonza, unos indios o un fuerte, una cocinita o tan sólo un estuche de dos pisos de pinturas.
Nuestro corazón latía con fuerza entonces, parecía que se saldría de su sitio cuando llegara el día de reyes, eso era entonces y es ahora. Nuestros hijos, sienten lo mismo que nosotros en su día, porque fue una sensación tan bonita la que vivimos, que de alguna manera se la hemos transmitido.
Nuestros hijos, hoy, entregan las cartas en las cabalgatas de los barrios o nuestras ciudades, ¡bendita ilusión!, tal vez alguno tenga un buzón cerca, ayudémosles a conseguir sus sueños.
¿Recordáis aquello de: “Queridos Reyes Magos, he sido un niño muy bueno, me he portado muy bien y os pido….”?